Preparación
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Lava y ralla los calabacines.
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En un tazón grande, mezcla los calabacines rallados, queso rallado, pan rallado, huevo, aceite de oliva, sal y pimienta.
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Amasa bien con las manos hasta que la mezcla quede homogénea.
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Forma pequeñas bolitas con la mezcla.
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Calienta una sartén con un poco de aceite de oliva a fuego medio.
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Fríe las bolitas hasta que estén doradas y crujientes por fuera.
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Sirve caliente y disfruta.
¡Perfectas para una cena rápida que a tus hijos les encantará!
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