En un jarro, colocá la grasa y calentala a fuego medio hasta que se funda. Retirá del fuego y dejá enfriar.
En un bowl, mezclá la harina con la sal. Agregá el agua tibia y la levadura. Mezclá bien hasta incorporar todos los ingredientes.
Sumá la grasa fundida y mezclá nuevamente hasta obtener una masa homogénea.
Volcá la masa sobre la mesa de trabajo y amasá hasta obtener un bollo parejo.
Dale forma de chorizo a la masa y dividila en aproximadamente 25 trozos de 30 gramos cada uno.
Formá bollitos con cada trozo y colocalos sobre una fuente o madera. Cubrí con un paño y dejá reposar durante 15 minutos.
Calentá abundante aceite en una olla a fuego medio.
Tomá un bollo de masa y estiralo con un palo de amasar hasta alcanzar un espesor de 2 a 3 mm.
Hacé un agujero en el centro presionando con el dedo índice hasta atravesar la masa.
Freí cada torta en el aceite hasta que estén doradas de ambos lados. Voltealas durante la cocción para que queden parejas.
El aceite no debe estar demasiado caliente para evitar que queden crudas en el centro.
Al sacarlas del aceite, colocá las tortas fritas sobre papel absorbente.
Mientras estén calientes, espolvorealas con azúcar para que se adhiera mejor.
Resultado final
Tortas fritas crocantes por fuera, suaves por dentro y con ese sabor criollo que reconforta el alma. ¡Perfectas para acompañar el mate o compartir en familia!
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