Preparación
Mezclá la leche en polvo con el edulcorante en un bol hasta que estén bien integrados, evitando grumos.
Añadí lentamente el agua caliente mientras removés constantemente hasta lograr una mezcla homogénea.
Incorporá la manteca y mezclá hasta que se derrita por completo para lograr una textura cremosa.
Batí la mezcla con una batidora o procesador de alimentos para obtener una textura más parecida a la leche condensada tradicional.
Dejá enfriar a temperatura ambiente. Luego, colocala en un frasco de vidrio con tapa y refrigerala por al menos 2 horas para que espese.
Consejos
✔ Para una consistencia más espesa:
Añadí más leche en polvo o usá menos agua.
Enfriá por más tiempo para lograr mayor espesor.
✔ Variedades de edulcorantes:
Probá con eritritol, xilitol o monk fruit como alternativas a la stevia.
✔ Sabor extra:
Agregá una pizca de sal, una cucharadita de vainilla o un poco de canela para realzar el sabor.
✔ Conservación:
Guardá la leche condensada en un frasco hermético dentro de la heladera. Se conserva hasta 7 días.
✔ Usos recomendados:
Ideal para postres como flan, helados, pasteles o para endulzar café y batidos.
✔ Consumo responsable:
Aunque no contiene azúcar, es recomendable consumir con moderación.
Conclusión
Con esta receta fácil y práctica, disfrutá de una leche condensada casera, saludable y deliciosa sin perder su sabor clásico. ¡Probala y dale un toque especial a tus postres!
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