Introducción
Si tu abuela era como la mía, seguramente era una cocinera excepcional. No hay nada como el aroma de albóndigas caseras cocinándose lentamente en su salsa. Acompañadas con fideos frescos y pan recién horneado, hacen la cena perfecta de domingo. Aquí te revelo los secretos mejor guardados de la Nonna.
1. La grasa hace la diferencia
Las especias aportan sabor, pero la grasa es clave para unas albóndigas jugosas. Usa una mezcla 50/50 de carne de res y cerdo, o combina res, cerdo y ternera para más profundidad.
2. El secreto de las migas de pan
Remoja pan viejo en leche por unos minutos, exprímelo con las manos y desmenúzalo. Esto le da a las albóndigas una textura suave y húmeda que no se logra con pan seco o pan rallado industrial.
3. El toque del ajo fresco
El ajo fresco marca la diferencia. Mézclalo con orégano, perejil, hojuelas de pimiento rojo, sal y pimienta para un sabor auténtico y profundo.
4. Buscando el gusto perfecto
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